Cartagena: último bastión republicano. El Castillo de Olite.

Al inicio de la Guerra Civil española, muchas ciudades se mantuvieron fieles a la República, como es el caso de Cartagena. Debido a la posición estratégica de la ciudad y su cercanía a la costa de África, la ciudad cobró gran importancia, al contar además con la única base naval que permaneció fiel a la República.
Durante los últimos meses de la guerra (finales de 1938-abril de 1939), las ciudades que se habían mantenido fieles a la República habían caído ya en manos de los nacionales, y las que todavía seguían luchando lo hacían casi sin apoyos ni fuerzas.
Era cuestión de tiempo que acabara la guerra, y Franco se dispuso a dar el golpe de gracia en Cartagena aprovechando la sublevación que tuvo lugar en la Base Naval. 

LA SUBLEVACIÓN EN LA BASE NAVAL. MARZO DE 1939
El 4 de marzo, muchos de los jefes militares cartageneros que se habían declarado fieles a la República se opusieron al gobierno de Negrín, y tomaron las unidades militares de la ciudad. El hecho de que existiera un importante sector pro-franquista ayudó a que esta sublevación triunfara. 
Franco, conocedor de estos hechos, mandó a Cartagena una serie de flotas para poder tomar la ciudad. En apenas 48 horas se dispuso el traslado de 20.000 hombres desde Castellón y Málaga hacia la ciudad costera, una operación extremadamente peligrosa, ya que debían avanzar por zona republicana hacia el puerto de Cartagena.
Los barcos se dirigían hacia la ciudad, sin saber que en ese periodo de tiempo la Brigada 206, integrada por comunistas, habían conseguido reconquistar la ciudad y reestablecer el gobierno republicano, pese a que las unidades militares sublevadas habían conseguido hacerse con algunos puntos estratégicos como las baterías de costa. Los sublevados seguían manteniendo en su poder las baterías del frente izquierdo, pero la más cercana a la ciudad, la de La Parajola, es tomada por comandos de la Brigada 206.

LA PARAJOLA VS OLITE
La Parajola es una de las baterías de costa que se encuentran en la costa de Cartagena, concretamente en la Algameca Grande, a unos 4 km de la ciudad. La batería estaba artillada con cañones Vickers y protegida por baterías antiaéreas. El regimiento que se encontraba situado en esta batería intervino numerosas veces en la guerra debido a los continuos bombardeos sobre la ciudad por parte del bando nacional. La batería también disparó contra algún submarino, así como a barcos nacionales como el Canarias

Batería de La Parajola. [Fotografía de Región de Murcia Digital]

Debido a la sublevación que se había producido los días 4, 5 y 6 de marzo de 1939, se suponía que el desembarco de la flota enviada por Franco se produciría sin problemas, pero la llegada de la Brigada 206 cambiaría el curso de los sucesos. La Parajola sería recuperada por el bando republicano, pero algunas baterías del frente izquierdo seguirían en manos del bando nacional.
Debido a esto, la batería de Aguilones, que se encontraba en el frente izquierdo, comenzó a bombardear a La Parajola, para destruirla y evitar que interviniera en el desembarco. El combate se produce entre el 6 y el 7 de marzo, y al cesar el fuego, solo la pieza nº1 de La Parajola seguía operativa. 
Mientras que la mayoría de las flotas nacionales regresaban a su punto de origen, el Castillo de Olite siguió avanzando hacia Cartagena, ajeno a lo que estaba pasando en la ciudad ya que navegaba con la radio averiada. 
El capitán de la batería de La Parajola, Antonio Martínez Pallarés, se negaba a efectuar el tiro contra el buque. El Capitán Guirao lo obligó poniéndole una pistola en la cabeza, y finalmente efectuó el tiro. 
El barco fue advertido para que no continuara con la marcha, pero al llevar la radio rota siguió avanzando.
El tiro se efectuó, y a pesar de que el primero falló, el segundo sí fue certero y el barco comenzó a hundirse. De las 2112 personas que conformaban la tripulación, 1476 fallecieron, 342 fueron heridos y el resto fueron arrestados.
A pesar de que el hundimiento del Castillo de Olite no cambió el curso de la guerra, sí que supuso un fracaso enorme para el bando nacional, ya que fue la mayor tragedia naval de la historia de España. Este desastre podría haberse evitado si se hubiera preparado mejor el desembarco o si el barco hubiera contado con una radio, ya que la desinformación de la tripulación fue lo que hizo que siguieran avanzando hacia la costa, sin conocimiento alguno de lo que había pasado en la ciudad.
Castillo de Olite. [Fotografía de Región de Murcia Digital]

Tripulación del Castillo de Olite. [Fotografía de Región de Murcia Digital]

Mástil del Castillo de Olite. [Fotografía de Región de Murcia Digital]
El capitán de la batería La Parajola, Antonio Martínez Pallarés, fue fusilado al terminar la guerra por haber dado la orden, a pesar de haber sido obligado por el Capitán Guirao. En el diario La Opinión podéis encontrar una entrevista al Capitán Guirao del año 2006, donde vuelve por primera vez a la batería tras el desastre (haz click aquí si quieres acceder).

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
  • Pérez Adán, L.M. (2010): El hundimiento del Castillo Olite, Cartagena, Áglaya. 
  • Región de Murcia Digital: El hundimiento del Castillo de Olite. Recuperado de http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,373&r=ReP-22721-DETALLE_REPORTAJESPADRE

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